De Pie, Como Los Árboles...

Las madrugadas son mías y el silencio es de nadie.
Todo desemboca en vos, mis penas, mis glorias...
Y el ser humano nunca llegó a ser independiente, la felicidad es en base a otro.
Involucionamos de una forma discreta que muchos no ven; y escribir es la saciedad a todos mis problemas. Busco y busco una solución, se hace eterna la espera.
Mis penas quedan plasmadas pero no son resueltas por nada.
Si te tuviera, si te tuviera! Qué feliz sería, más aún!! ...
Descubrí que por más que por fuera parezcamos duros como una piedra, por dentro podemos estar desintegrándonos lentamente; por más que nos mantengamos de pie y con la mejor sonrisa dibujada en el rostro, por dentro podemos estar ocultando muchas verdades, que no se dejan ver, por miedo a no triunfar o a ser rechazadas.
Pero también aprendí que por más dolorosa que sea la verdad, hay que asimilarla y poner los pies en la tierra; como los árboles, que pase lo que pase, siempre están d pie: por más que en invierno el viento más fuerte trate de derrivarlos, haciéndolos doblar y viéndolos sufrir, ellos nunca se rinden, porque saben que lo malo pasó y cosas buenas también vendrán. Y luego los asecha la primavera, cálida y perfumada, esperando cambiar sus hojas y viendo florecer sus frutos...
Por eso días oscuros, días claros, hay que ir con la frente en alto, observando qué nos espera mas allá...